Los fantasmas o, como los llaman en irlandés, Thevshi o Tash (taidhbhse, tais), viven en un estado intermedio entre este mundo y el otro. Permanecen ahí retenidos por algún anhelo o afecto terrenal, o por alguna tarea no concluida, o por ira contra los vivos. «Te atormentaré» es una amenaza común; y se oyen frases como: «Lo atormentará, si hay algo de bueno en ella». Cuando una persona se lamenta mucho por un amigo muerto, un vecino le dirá: «Cállate, estás impidiendo que descanse»; o, en las Islas Occidentales, según Lady Wilde, le dirán: «Así despiertas al perro que vigila para devorar a las almas de los muertos». Se cree que quienes mueren de súbito se convierten, más comúnmente que otros, en fantasmas que rondan. Se ponen a mover los muebles y procuran atraer la atención de cualquier manera.
Cuando un alma ha abandonado el cuerpo, a veces se la llevan las hadas. He oído la historia de un campesino que una vez vio, sentados en una fortaleza feérica, a todos los que habían muerto durante años en su pueblo. Tales almas se consideran perdidas. Si un alma logra escapar a las hadas, puede que la atrapen los malos espíritus. Las almas frágiles de los niños se hallan especialmente en peligro. Cuando un niño pequeño muere, los campesinos del oeste rocían el umbral con sangre de gallina para que los espíritus se lleven la sangre.
Un fantasma está obligado a obedecer las órdenes de los vivos. «El mozo de cuadra, allá en casa de la señora G**», dijo un viejo aldeano, «se encontró a su amo vagando por el corral después que llevaba ya dos días muerto, y le dijo que se marchara a rondar por el faro; y ahí sigue, no lejos del mar, señor. La señora G** se puso muy furiosa a causa de ello, y despidió al mozo». ¡Pobre diablo de fantasma, en aquel faro solitario! Lady Wilde cree que sólo a los espíritus demasiado malos para el cielo y demasiado buenos para el infierno se les atormenta de ese modo. No pueden sino obedecer a alguien a quien perjudicaron.
La almas de los muertos, algunas veces, toman la forma de animales. Hay un jardín en Sligo donde el jardinero ve al antiguo propietario bajo la forma de un conejo. En ocasiones cobran forma de insectos, sobre todo de mariposas. Si ve usted a una revoloteando junto a un cadáver, es que se trata de un alma, y es signo de que ha entrado en la dicha inmortal. El autor de la Encuesta parroquial de Irlanda, 1814, oyó a una mujer decir a un niño que intentaba cazar una mariposa: «¿Cómo sabes que no es el alma de tu abuelo?». En la víspera de noviembre los muertos salen, y bailan con las hadas.
Al igual que en Escocia, se cree comúnmente en el espectro de los vivos. Si usted ve por la mañana al doble, o fantasma vivo, de un amigo, no acaece ningún mal; si lo ve de noche, es que está a punto de morir.
W. B. Yeats, Irish Fairy and Folk Tales
Traducción de niki
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